miércoles, 15 de agosto de 2012

Soy una ola gigante de palabras que te aplastan



y me lo decís
ola
(no es un saludo)
gigante
(no me saludaste)
de palabras
(sin respuesta)
que me aplastan

 te callan
 te abren la puerta al trance
de horas
días

yo me hago calma
paciencia
tranquilizo mis partes
pa-cien-cia
llevo aire a recorrer mis venas
el arte de hacerse
la espera en carne
paz   ciencia
equilibrio cada peso
los ojos abiertos y el mundo afuera
y adentro
calma

siento que le hablé a una pared vieja y agrietada
una pared gris que nadie pintó
resistente al viento y a la lluvia
en un terreno baldío
la pared sola con sus grietas
con brotecitos verdes saliendo de los agujeros
moviéndose un poco con el viento
a la derecha
después a la izquierda
como estrellitas verdes en el fondo gris
se sacuden al unísono
desde la grieta me saludan
me muestran los puntos débiles
y yo que estaba tan calma
con los ojos puestos en el verde
me muevo
un centímetro
apenas
y cae el equilibrio
cae la ciencia
me vuelco
y  aunque hago fuerza para contenerme
se acumulan los saludos
las palabras en la punta de la lengua
quiero estallarlas todas contra la grieta de tu boca cerrada como un muro
decí algo
estoy acá
salúdame
¿no me ves?
¿no ves que me aplasto con el peso de tantas palabras que no te digo?
y se me doblan las rodillas
y los brazos
y el cuello
estoy revuelta
vos tan quieto tan inexpresivo
plano
liso
impenetrable
incorrompible
firme
allá
como un cuadro
con una única grieta
te quiero tapar la nariz hasta que algún día abras la boca
¿pasa eso?
quiero chocarme mil veces contra ese espacio ínfimo y vulnerable
que se rompa
que te duela
que grites
que en tu cara se dibuje una O muy grande
un agujero de cañón en el lienzo
por tanta erosión
tanta embestida
para espiar
correr la cortina
encontrar
qué guardás ahí
pero no veo nada
y no escucho nada
esa O tan grande
se tragó
todo el ruido del mundo
y el eco de las palabras que ya te dije.

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