lunes, 27 de mayo de 2013


Mi comida favorita es el desayuno. En mi cajón siempre hay velas, encendedor y chocolates. Riego las plantas después de desayunar y le saco fotos a la luz que entra por mi ventana.


No tengo más miedo del que tuve siempre. Supongo que aunque no le vaya ganando terreno, al menos lo mantengo a racha. Uno es que mis plantas se mueran. Otro es que se acabe el agua caliente cuando todavía tengo shampoo en el pelo. Otro, publicar un libro.

viernes, 24 de mayo de 2013

esta noche


no es decir o afirmar

esta noche es una noche más
decir boca seca
escuchar cuchillos 
esta noche, como otra noche
sale la misma luna
sobre la cabeza
sobre el cuello y una mirada ausente que busca la piedra que traba el mecanismo
                                                                                                          // que deja
de funcionar y piensa
cómo cambio el mundo que no salga la luna
ni la cabeza busque
-sin claridad no se encuentra-
que alguien prenda la luz

no es decir
nada nuevo
admito
con la luna en las pupilas
una lámparita antes de romperse
admitamos
-es mejor-
no estar bien


martes, 7 de mayo de 2013

No es que muera de amor, muero de ti....



No es que muera de amor, muero de ti.


Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.

Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Jaime Sabines