jueves, 1 de agosto de 2013

encantada



No te puedo decir
qué me eriza la piel
y te reís como un nene
me pongo roja
creo que sabés lo que es pero
me lo preguntás igual
y así es como funcionamos
la pregunta no es
qué me eriza la piel sino
qué te digo
que te deja
 escuchándome decir que no sé
y riéndote

Porque cuando pienso
qué me eriza la piel
escucho tus palabras saliendo una a una
de la boca
caen en canon perfecto
manantial y mientras
me preguntás
qué me pasa y yo no sé
si te miro con la boca abierta o qué
y te reís y me encantás
hablando y riendo
cayendo palabras
una lluvia
cae
como esa misma palabra
cae
y termina la boca medio abierta, sí
un asomo de sonrisa de foto
 la e
de encantada
cómo me voy transformando
desde las orejas que reciben el hechizo
–contame  otro cuento–
hasta los pelitos del brazo
brazo de gallina
y los dedos de los pies
pies calientes, vivos
despiertos
me abrís un camino para que pase el sol en este día nublado
y yo lo sigo
hechicero
sigo expandiendo
el calor desde la orejas
se me encienden dos círculos en los cachetes
muñequita alemana
y sigo escuchando
historias inventadas
obediente
atenta
ojos como platos
palabras que corren desde el cuello como un dominó
ficha a ficha caigo
en orden
donde digas
van mis pies alineados
soldadito de plomo
a esos sonidos que caen de bocas medio abiertas
y que no puedo dejar de escuchar


sonrío.

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